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ULTIMO APORTE: (Abril 2018)
Por:
Valter Pomar
Sólo en 1989 el pueblo brasileño reconquistó el derecho de elegir, mediante el voto directo, presidente de la república. En esos comicios de 1989, Luiz Inacio Lula da Silva, principal dirigente del PT, concurrió a la presidencia de la república por primera vez. Casi venció. Después perdió otros dos comicios, en 1994 y 1998. Sin embargo, Lula continuó participando y venció en las presidenciales de 2002 y 2006. Después, con el apoyo de Lula, Dilma Rousseff, también del PT, ganó los de 2010 y 2014. Los sectores derrotados en las jornadas electorales de 2014, 2010, 2006 y 2002 no se conformaron con la situación y pasaron a articular un golpe de Estado. En 2016, sin que hubiera ningún crimen, una mayoría parlamentaria de centroderecha, apoyada por la cúpula de la justicia y las fuerzas armadas, el oligopolio mediático y el gran capital, aprobó un impeachment totalmente ilegal. Desde agosto de 2016 la presidencia de Brasil es ejercida por el hasta entonces vicepresidente de Rousseff, un señor llamado Michel Temer, afiliado al partido Movimiento Democrático Brasileño (MDB). El gobierno golpista de Temer aplica un programa que destruye la soberanía y entrega las riquezas nacionales, desmonta los programas sociales, genera desempleo, acaba con los derechos laborales y reduce las libertades democráticas. Las encuestas revelan que el gobierno golpista de Temer es rechazado por más de 90 por ciento de la población del país. Y los sondeos de intención de voto apuntan que Lula es el preferido para ganar en las presidenciales de octubre de 2018. Para impedir que esto ocurra desencadenaron una campaña de medios contra Lula y el PT, amenazan con cesar la leyenda del partido y procesaron y condenaron a Lula sin que hubiera pruebas. Ahora lo arrestaron. La Constitución brasileña es clara: nadie puede ser detenido antes de ser considerado culpable por todas las instancias de la justicia. Hasta el momento, quienes condenaron a Lula, en un juicio lleno de irregularidades y sin pruebas, fueron jueces de primera y segunda instancias. En la justicia de Brasil existen tres instancias. Por tanto, según la Constitución brasileña, Lula no podría ser arrestado y ni siquiera podría ser considerado culpable. Pero la más alta Corte judicial del país ha dado su respaldo para recluir a Lula. No es sólo Lula quien está bajo ataque. El PT, así como los movimientos sociales y demás partidos de la izquierda brasileña, también están siendo agredidos. Pero, aun si las encuestas siguen confirmando que Lula es el preferido para vencer en las presidenciales, los mismos sondeos confirman que el PT continúa siendo el partido que cuenta con la mayor simpatía del pueblo brasileño. Por esto, si dependiera del sector que comanda el golpismo, Lula quedaría preso muchos años, siendo impedido de concurrir a los comicios y hacer campaña. Si ello ocurriera, las presidenciales tenderían a convertirse en fraude. Hoy hay 21 precandidatos a la presidencia. De éstos, 16 apoyaron directa o indirectamente el golpe de 2016. Si Lula es candidato, la izquierda seguramente estará en la segunda vuelta. Pero si no es postulado, las encuestas indican que una candidatura de extrema derecha es la que tiene mayor posibilidad de estar en la segunda vuelta.
La ruptura del orden democrático en Brasil expresa los propósitos antipatrióticos y antipopulares de las élites económicas, empeñadas en privatizar las enormes reservas petroleras, las empresas estatales y los bancos públicos, además de vender las tierras a extranjeros, comprometiendo la producción nacional de alimentos y el control del agua. Los golpistas quieren, entre otras medidas, reducir inversiones en salud, educación y vivienda, eliminando derechos laborales, acabar con la vinculación de la jubilación básica al salario mínimo, enterrar la reforma agraria y vaciar programas sociales. Esto va de la mano de una reorientación hacia la Alianza del Pacífico, es decir, hacia los Tratados de Libre Comercio al servicio de las trasnacionales y hacia la cooperación militar con Estados Unidos, que es quien mueve los hilos. Por: Emir Sader (*) ALAI AMLATINA, 13/05/2016.- El ministro de economía de Argentina, Alfonso Prat-Gay, ha declarado que los cambios políticos en Brasil son “una buena oportunidad para refundar el Mercosur”. La coincidencia de gobiernos que plantean el restablecimiento del modelo neoliberal, con su política de apertura de los mercados y reacercamiento con los países del Norte, especialmente con los EEUU, posibilitaron promover el desmonte de los procesos de integración regional. Esos procesos han tenido un momento decisivo cuando EEUU y Brasil estaban listos para concluir el proyecto del ALCA, que transformaría al continente en una inmensa área de libre comercio, comandada por la economía norteamericana. Sería la extensión hacia toda la región de lo que se estaba poniendo en práctica en México. (Los balances de los 20 años del Tratado entre EEUU, Canadá y México han revelado ser altamente negativos para este último. Era lo que nos aguardaba.) La victoria de Lula en 2002 ha permitido que Brasil rompiera con ese proyecto, bajo la dirección de Celso Amorim en la política externa brasileña y abriera el camino hacia el fortalecimiento de los procesos de integración existentes y hacia la construcción de otros espacios de integración. Fue así que del fortalecimiento del Mercosur se avanzó hacia la fundación de Unasur, con su Consejo Suramericano de Defensa, el Banco del Sur, entre otros organismos, y que desembocara en la Celac, que cerraba definitivamente con la vigencia de la Doctrina Monroe, para que América Latina y el Caribe tuvieran finalmente un organismo propio de integración, separada de la OEA, donde la presencia de EEUU y Canadá descaracterizaban esa integración. Nunca EEUU habían estado tan aislados en el continente como han estado hasta aquí en este siglo. Al mismo tiempo, América Latina había cambiado su inserción internacional, especialmente los países que han empezado a salir del modelo neoliberal. La prioridad de esos países pasó a ser la integración regional y el intercambio Sur-Sur y no los Tratados de Libre Comercio con los EEUU. Esa nueva inserción ha permitido una integración más grande entre nuestras economías, a la vez que nos permitió resistir en mejores condiciones a los impactos de la prolongada y profunda crisis recesiva internacional. El intercambio regional, la intensificación del comercio con China y la extensión y profundización del mercado interno de consumo popular fueron claves en esa resistencia a la recesión, que en otras condiciones nos habría llevado a la peor recesión de nuestra historia. El cambio de gobierno en Argentina y ahora en Brasil es la oportunidad tan aguardada por los EEUU para la ruptura de su aislamiento en América Latina. El viaje de Obama a Argentina y su identificación con el proyecto neoliberal del gobierno Macri revela los objetivos centrales de EEUU en la región. El silencio cómplice de Obama respecto al golpe en Brasil confirma el regocijo de Washington con esa posibilidad. La declaración del ministro de economía de Argentina coincide con las posiciones del nuevo ministro de relaciones exteriores de Brasil, conocido por sus citicas a la política exterior brasileña. Su obsesión con la entrega del petróleo brasileño a las grandes empresas petrolíferas internacionales ha llevado a José Serra, candidato a la presidencia de Brasil en el 2010, a realizar una reunión que debiera haber sido clandestina, con representantes de las más grandes empresas internacionales de petróleo, en Foz de Iguazú, prometiendo entregarles el proyecto del Pre-sal. ¿Qué significaría “refundar el Mercosur”? La derecha siempre ha querido, sin terminar con el Mercosur, abrir espacios para acuerdos bilaterales de libre comercio con los EEUU. Este es el objetivo central de esa “refundación”. Por ahora, se anuncia el rebajamiento del perfil del Mercosur, con la agilización de los acuerdos con la Unión Europea y de intercambios con la Alianza para el Pacifico. Pero la firma de acuerdos bilaterales con EEUU es el objetivo mayor de esa llamada refundación. Sería el comienzo del desmonte de los procesos de integración regional, debilitando al Mercosur, a Unasur y a Celac. La estrecha alianza entre los gobiernos de Brasil y de Argentina, establecida por Lula y por Néstor Kirchner, y continuada por Dilma y por Cristina, fue el eje a partir del cual esos procesos de integración se han desarrollado. Ahora se trataría de, a partir de la reversión de los gobiernos de esos países, revertir ese proceso, promoviendo un nuevo proceso de norteamericanización de la región, con un cerco todavía más grande a países como Venezuela, Bolivia y Ecuador. Esa reversión conservadora depende de la fuerza que pueda tener el gobierno golpista brasileño. Por el momento, parece no disponer fuerza suficiente para un período largo y grandes trasformaciones. De ahí la importancia todavía más grande de la lucha de resistencia de los brasileños en la conquista de nuevas elecciones, que deslegitimen definitivamente el gobierno de Temer y permitan al pueblo brasileño volver a definir su destino democráticamente, incluida la inserción internacional de Brasil, entre la integración regional y el intercambio Sur-Sur o el viejo destino de “patio trasero” del Imperio. - Emir Sader, sociólogo y científico político brasileño, es coordinador del Laboratorio de Políticas Públicas de la Universidad Estadual de Rio de Janeiro (UERJ). ¿CUALES SON LAS RAZONES DETRÁS DEL ATAQUE A LULA Y DILMA? Por: TeleSur
El Partido de los Trabajadores (PT) es objeto de
ataques de la derecha que intenta responsabilizarlo de un fraude
masivo en el gigante petrolero estatal, Petrobras.
Después de los resultados electorales que reeligieron
a la presidenta Dilma Rousseff en Brasil, una fuerte polarización
marca desde 2015 el escenario político en el país suramericano.
Presidente Maduro llama a levantar la voz de la solidaridad
mundial para enfrentar Golpe de Estado en Brasil
El presidente de la República, Nicolás Maduro, llamó este
jueves a levantar la voz de la solidaridad mundial para
apoyar a su par de Brasil, Dilma Rousseff, y al expresidente
Luiz Inácio Lula da Silva, ante el golpe de Estado que se
pretende perpetrar en la nación suramericana.
“Levantemos la voz de la solidaridad mundial con Dilma y
Lula ante el Golpe Mediático-Judicial en Brasil”, escribió
el jefe de Estado en su usuario en Twitter @NicolasMaduro.
En la red social, el mandatario nacional también abogó por el fortalecimiento del movimiento popular y democrático en América Latina para enfrentar los ataques hacia Rousseff y Lula da Silva. “Que el Movimiento Popular y Democrático de Nuestra América se alce para enfrentar el Golpe en Brasil ¡Es tiempo de Lucha!”, añadió. Asimismo, advirtió que los ataques al Gobierno de Brasil forman parte de la ofensiva imperial que pretende acabar con las fuerzas progresistas y revolucionarias de la región. “Que nadie se llame a engaño es una Ofensiva Imperial que pretende acabar con las Fuerzas Progresistas y Revolucionarias…A Luchar y Vencer”, acotó. La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, juramentó este jueves en el Palacio de Gobierno al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva como ministro de la Casa Civil (jefe de Gabinete) y alertó sobre la puesta en marcha de una operación política que intenta convulsionar a la nación. El objetivo es “convulsionar a la sociedad brasileña con métodos oscuros y criticables, viola los principios y garantías constitucionales, los derechos de los ciudadanos y abre precedentes gravísimos. Los golpes comienzan así”, dijo la mandataria.
Tanto Rousseff como Lula da Silva enfrentan actualmente una
campaña de desprestigio por parte de sectores opositores,
que los acusan de ser responsables del fraude masivo en
Petrobras.
Sobre Rousseff pesa la posibilidad del impeachment con el
cual se le intenta destituir por la vía del Congreso, como
ocurrió con el expresidente de Paraguay, Fernando Lugo.
Por su parte, Lula fue objeto de una detención arbitraria el
pasado 4 de marzo, cuando al menos 200 efectivos de la
Policía Federal de Brasil allanaron su casa, la de uno de
sus hijos y la sede del instituto que lleva su nombre.
Esta operación se desarrolló a pesar de que el Tribunal
Supremo Federal (TSF) de esta nación había emitido una
sentencia en la que descartó la necesidad de llamar a Lula a
declarar por el caso Petrobras, ante la presentación, por
parte de su defensa, de un escrito con las alegaciones en
torno a la investigación en la que había sido implicado.
Luego, el Ministerio Público de Brasil dictó una medida de
privación de libertad contra el expresidente por supuestos
manejos irregulares.
El líder obrero y una de las figuras políticas más
importantes del Brasil, encaró las denuncias y el pasado 4
de marzo, retó a quienes siguen la causa judicial a
conseguir un sólo real (moneda local) que haya sido labrado
de manera ilícita.
Gobierno teme golpe de Estado en Brasil y pide apoyar a
Dilma
El gobierno uruguayo está promoviendo una declaración de
respaldo de la Unasur a la presidenta de Brasil, Dilma
Rousseff, jaqueada por las denuncias que acorralan al
exmandatario brasileño Lula da Silva. Es que el presidente
Tabaré Vázquez y su entorno temen un golpe de Estado en ese
país. Ayer en el Parlamento, el canciller Rodolfo Nin Novoa
llegó a hablar de “acuartelamiento” de tropas.
En su condición de presidente de la Unasur, Vázquez hizo
circular ayer entre los 12 países que componen el bloque una
propuesta de declaración. Allí sostiene que “los sucesos
ocurridos en Brasil plantean un claro enfrentamiento de la
Justicia contra el Poder Ejecutivo representado por la
presidenta Rousseff”, según el texto de la resolución a la
que accedió El País, y que Vázquez y Nin Novoa terminaron de
ajustar luego de la presentación del “diálogo social” en la
Torre de Antel.
“Preocupados por esta situación ofrecemos nuestro total
respaldo a la presidenta, quien fue elegida democráticamente
por la mayoría de los brasileños para ejercer su cargo hasta
el 1° de enero de 2019”, señala la declaración. La misma
hace un llamado a las fuerzas del orden, y a todas las
instituciones constitucionales de Brasil, a respaldar “al
gobierno legítimo” de Rousseff y “la voluntad popular
expresada en las urnas”.
Luego de comparecer en la Comisión de Relaciones Internacionales en el Senado, Nin Novoa hizo saber ayer en la tarde la preocupación del gobierno por el “acuartelamiento de tropas y movilizaciones”, información que recibió de parte de la embajada uruguaya en Brasilia. Aunque, aclaró, “por el momento” no puede “arriesgar” una opinión al respecto.
Lula asumió ayer como ministro de la Presidencia de
Rousseff, pero 40 minutos más tarde un juez de Brasilia
anuló de forma cautelar el nombramiento del expresidente que
está siendo investigado por corrupción.
Las investigaciones que abarcan a Lula incluyen fraude,
lavado de dinero, sobornos a cambio de favores políticos,
ventajas fiscales o contratos con el Estado, y financiación
ilegal de los partidos y de las campañas electorales.
El Frente Amplio mira con preocupación la crisis
institucional en Brasil por la situación judicial de uno de
los principales referentes de la izquierda en la región y
amigo personal del exmandatario José Mujica, al que le
confesó haber tenido que “lidiar con muchas cosas inmorales
y chantajes” durante sus gobiernos (ver recuadro). La
relación del Frente Amplio con Lula y el Partido de los
Trabajadores (PT) brasileño es tan cercana que en 2011 Lula
viajó a Uruguay para ser el principal orador en el acto por
el 40° aniversario de la coalición de izquierda.
Desde Buenos Aires, Mujica defendió ayer a Lula, pero no
puso las manos en el fuego por otros dirigentes del PT.
¿Cree en la inocencia de Lula?, fue la pregunta que le
hicieron periodistas argentinos en una conferencia de prensa
que brindó luego de recibir el Doctorado Honoris Causa de la
Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo
(UMET) en Buenos Aires. “En la de Lula sí, ahora yo qué sé
con semejante aparato que tiene de partido qué pasa; qué voy
a saber”, afirmó Mujica. Consultado sobre si la crisis de
Brasil estaba relacionada a una “operación de la derecha” en
América Latina, contestó que “la derecha tiene que ver y la
izquierda también, porque la izquierda hace chambonadas que
la derecha aprovecha. Y la derecha también exagera las cosas
y multiplica”.
En la izquierda hay muchos que abonan la tesis de que “la
derecha” está buscando dar un golpe de Estado en Brasil. El
tema está en la conversación de muchos frenteamplistas. La
ministra de Vivienda, Eneida de León, y el subsecretario de
Turismo, Benjamín Liberoff, mantuvieron anoche el siguiente
diálogo en la Torre de Antel: “Tengo mucha gente conocida en
Brasil que me dice que van al golpe de Estado y los que
ganan son los gringos”, le comentó Liberoff a De León.
“¡Claro!”, respondió la ministra.
La misma sensación tiene el senador frenteamplista Leonardo
De León (lista 711), quien dice estar “muy preocupado por la
judicialización” de la política. “Nos preocupa el operativo
cinematográfico que se armó el otro día, cuando Lula estaba
compareciendo a las citaciones”, indicó a El País.
Para el senador De León, en América Latina hay una
“operación política” orientada a derrocar a los gobiernos de
izquierda. “Están sucediendo cosas en paralelo, todas
juntas. Lo de Evo Morales, lo de Lula, lo de (Rafael)
Correa. Estoy convencido que hay un plan de la derecha en
América Latina, muy sistematizado, que lo están llevando de
diversas formas, algunas legítimas y otras no tanto”,
precisó el senador.
En tanto, el diputado Roberto Chiazzaro, del Partido
Socialista, resaltó la “acertada” jugada de Vázquez de
respaldar “el proceso democrático” en Brasil. “La derecha
juega un juego muy peligroso, que es el de la amenaza y la
tentativa de desestabilizar y se corre el riesgo de
retrotraernos a épocas oscuras de la región”, enfatizó.
El diputado suplente del Partido Comunista, Gerardo Núñez,
dijo que “en Brasil está en marcha un golpe de Estado donde
los poderosos sectores empresariales junto a un puñado de
jueces violan la Constitución y la ley para embarrar la
cancha”. Además agregó en su cuenta de Facebook:
“Seguramente no falte quien diga que estamos paranoicos. La
situación es clara: o defendemos la democracia y gobiernos
agredidos, o se instalan impunemente las dictaduras”.
“Mal Manejo”.
Más crítico con Lula, el diputado Gonzalo Mujica, de
Asamblea Uruguay, reconoció a El País que “todo indica que
algo pasó y que un mal manejo hubo” en Brasil. “La aparición
de la cinta de grabación de la conversación telefónica de
Lula con Rousseff da la idea de que trata de protegerse.
Pienso que la izquierda no puede amparar cualquier cosa solo
porque lo haya hecho un compañero”, argumentó.
Para el diputado, no es correcto asimilar una investigación
judicial “con un embate político”. “Ha habido casos de
corrupción y eso no se puede tapar porque sea un gobierno de
izquierda. Sobre los hechos se montan los embates. Las
operaciones se hacen si hay corrupción. Creo que la
izquierda debe condenar la corrupción en cualquier país”,
insistió.
El tema estará a consideración hoy en la Mesa Política del
Frente Amplio.
UNA OVEJA NEGRA AL PODER
La confesión que le hizo Lula a Mujica
El expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y el
exmandatario José Mujica mantienen una larga amistad y la
suficiente confianza como para hablar de todos los temas.
Una de las conversaciones que mantuvo Mujica con Lula sobre
el caso del “mensalão” (supuesto soborno pagado a varios
diputados para que votaran a favor de los proyectos del
gobierno brasileño) fueron contadas por Mujica en el libro
Una oveja negra al poder, de los periodistas Andrés Danza y
Ernesto Tulbovitz.
Mujica señaló que “Lula no es corrupto como sí lo era
(Fernando) Collor de Mello y otros expresidentes
brasileños”. Sin embargo, le contó a los autores que Lula le
confesó a él y a Danilo Astori, entonces vicepresidente,
cómo había tenido que “lidiar con muchas cosas inmorales y
chantajes”.
La revelación de Mujica generó un escándalo en Brasil donde
de inmediato el senador Ronaldo Caiado, del opositor partido
de centroderecha Demócratas, pidió que Mujica compareciera a
la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado brasileño
para explicar la confesión echa por el presidente Lula sobre
el “mensalão”. Mujica nunca fue citado, pero ayer varios
medios en Brasil recordaban lo que había dicho en el libro.
CUMBRES URGENTES
Intento de “derrocar” a Correa
En 2010 hubo una cumbre extraordinaria de los presidentes de
Unasur en apoyo del presidente Rafael Correa. El entonces
canciller argentino, Héctor Timerman, sostuvo que el
encuentro era para “impedir que lo derroquen”. La reunión se
hizo luego de que Correa se viera obligado a permanecer
encerrado en un hospital, mientras un grupo de policías
bloqueaba carreteras e impedía el paso al palacio
presidencial.
Contra la salida de Lugo.
En 2012 hubo una cumbre urgente en Argentina, por la
destitución del presidente paraguayo Fernando Lugo. El
encuentro se llevó a cabo luego de que a través de un juicio
político el Parlamento decidiera la salida de Lugo de su
puesto. Se alegó mal desempeño de sus funciones, tras un
enfrentamiento que dejó 17 muertos y 80 heridos en Asunción.
Lugo finalmente no recuperó el cargo y días atrás anunció
que volverá a postularse.
Aterrizaje Forzoso de Morales.
En 2013 se hizo una cumbre extraordinaria luego de que el
presidente de Bolivia, Evo Morales, fuera obligado a
aterrizar de emergencia en el aeropuerto de Viena, como
consecuencia de una medida llevada a cabo por Francia y
Portugal, que bloquearon sus espacios aéreos al sospechar
que en la aeronave iba el prófugo de Estados Unidos, Edward
Snowden. Morales estuvo detenido durante varias horas en
Viena. Snowden no iba en el avión.
El blindaje regional a Maduro.
El año pasado Unasur también llevó a cabo una cumbre
urgente, luego de que el presidente estadounidense Barack
Obama declarara, en medio de una ola de enfrentamientos en
las calles de Venezuela, una “emergencia nacional respecto
de la amenaza extraordinaria e inusual para la seguridad
nacional y la política exterior de los Estados Unidos que
supone la situación” que se llevaba a cabo en el país
gobernado por Nicolás Maduro.
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