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Siempre que utilizamos la palabra caos, indicamos un
desorden debido a situaciones que no funcionan bien en un mundo, en
donde lo establecido y lo "correcto" precisamente es el orden. Y si
consideramos que el paradigma bajo el cual hemos crecido es el 'orden',
entonces es realmente "caótico" pensar, que el orden es un desorden
armonioso. Algo necesario para la continuidad universal y que a pesar de
nuestra concepción, el mundo se comporta así realmente.

Durante mucho tiempo, la noción de que en el universo
existía un orden total y continuo fue algo establecido; las teorías de
Newton y sus predecesores veían al mundo en partes relacionadas,
separadas de la realidad que respondían a una causa-efecto. De hecho
nuestra cultura sigue estando impregnada de este mecanicismo, pues
intentamos y nos obsesionamos por predecir cualquier fenómeno. Esto es
lo que hemos aprendido con el tradicional método científico, y aquí es
donde surge el nuevo paradigma al ver la realidad como un todo en donde
cualquier factor, por pequeño que parezca, puede afectar el
comportamiento y la evolución de la naturaleza.
En ese sentido, se dice que un determinado sistema
-desde el punto de vista del caos-, es un sistema caótico, flexible y no
lineal, en donde el azar y lo no predecible juegan un papel fundamental.
El azar sin embargo, fue definido por algunos científicos como nuestra
ignorancia sobre el funcionamiento de un sistema que -en algunos casos-
es medible; de manera que el azar, es una variable inadecuada para
estimar el comportamiento de un sistema en el tiempo. Un ejemplo de
sistema caótico podría ser un río, en donde cada partícula de agua sigue
una trayectoria aleatoria e impredecible que no rompe con la dinámica
establecida en el mismo río.
Podríamos decir entonces, que la Teoría del Caos
es todo lo anterior y mucho más. Es encontrar el orden en el desorden y
constituye el principal afán de quienes, en los diversos campos de la
Ciencia, adoptan esta nueva perspectiva. Se han realizado aplicaciones
interesantes en diferentes campos del conocimiento, como en el ámbito de
los negocios. Se ha hablado incluso del "caos ordenado" y contrariamente
a lo que se piensa, este desorden no implica confusión.
Los sistemas caóticos se caracterizan por su
adaptación al cambio y en consecuencia, por su estabilidad. Así, si
lanzamos una piedra en el río, su cauce no se verá afectado. Por el
contrario, no sucede lo mismo si el río fuera un sistema ordenado en el
que cada partícula tuviese una trayectoria fija; el orden se
derrumbaría.
En muchos campos del conocimiento observamos el
comportamiento caótico de la naturaleza. Por ejemplo, si se genera un
gráfico del movimiento que tiene el corazón al latir, se observará una
figura muy desordenada si el corazón está sano. Si es a la inversa -el
corazón está enfermo-, se podrá ver una figura armónica y ordenada. Esto
implica, que el corazón sano está preparado para responder a
perturbaciones externas, mientras que el enfermo no podrá hacerlo. El
cuerpo humano por ello, es un sistema caótico. De igual modo, es
imposible predecir el recorrido que una partícula cualquiera tendrá
dentro de nuestro cuerpo. También es cierto, que la medicina todavía no
puede hacer una predicción acerca de la evolución del cuerpo de un
individuo. Sin embargo el cuerpo humano, a pesar de las diferentes
condiciones externas a que puede estar sometido (clima, alimento,
esfuerzo físico, etc), siempre mantiene una forma general. Es resistente
a cambios porque los sistemas caóticos son muy flexibles. Una enfermedad
es algo impredecible, pero si el cuerpo no tuviera la libertad de
ponerse enfermo con cualquier cambio producido, el sistema se
desmoronaría.
Las acciones vividas cada día dentro de nuestras
actividades rutinarias, también son caóticas. Por ejemplo, a veces
llegamos a cruces de avenidas donde no hay semáforos ni policías. El
paso de los autos entonces, obedece al criterio y oportunidad de los
transeúntes, vayan éstos a pie o en automóvil. Curiosamente, cuando el
nivel de tráfico no es muy denso, estos sistemas son dinámicos y no se
producen aglomeramientos. Contradictoriamente en la practica observamos,
que al colocar un policía para ordenar el trafico -sin un estudio previo
del mismo y simplemente por impulsos de pensar que ello mejorará el
flujo-, éste genera un comportamiento totalmente inadecuado.
Si observamos entonces el funcionamiento de las
instituciones y de las empresas, debemos entender que ellas constituyen
un fenómeno impreciso, indeterminado, incierto, flexible y diverso; en
esencia: de alta complejidad y conflictivo. En otras palabras, la
complejidad de la organización de las empresas no está dada por sus
elementos, sino por la infinidad de sus relaciones; sean éstas entre los
miembros o entre éstos y actores externos.
Curiosamente, todo lo que se enseña y muchas
tendencias de manejo de las empresas e instituciones, parten de esquemas
no caóticos y que a la postre no generan soluciones. Ello en razón de
creer que el control total y la planificación al milímetro, serán las
que generen gran productividad y crecimiento. Sin embargo, la
experiencia ha demostrado lo contrario.

Para decirlo claramente, las instituciones y los
sistemas moderadamente desordenados, frecuentemente resultan ser más
eficientes, más fuertes y más creativos; en general, más efectivos que
los altamente organizados. Alguna vez se dijo que debíamos olvidar lo
aprendido, esto es, desde que tuvimos nuestro primer trabajo o nuestro
primer jefe, porque el mundo no se comporta de esa manera.
Sin embargo, se ha demostrado que muchos de los
ejemplos de estrategia, liderazgo y organización desordenados son
realmente útiles. Dentro de estas empresas podemos mencionar a la
empresa Scientific Generics; una firma que no tiene una línea
principal y real de negocios. Sus 300 empleados se dedican ha descubrir
y aprovechar los espacios no atendidos de cualquier mercado. El
resultado ha sido 17 años de nuevos juguetes, aparatos médicos,
pantallas y otros inventos valiosos e importantísimos.
Obviamente, las instituciones cambiantes y
adaptables en el tiempo, capaces de asumir sugerencias, flexibles en la
dirección que pueden tomar sus objetivos -de acuerdo a las proyecciones
que se podrían generar-, son las que lideran nuestro mundo actualmente.
Muchas veces nos preguntamos porqué el Estado es tan ineficiente,
especialmente en nuestro país. Precisamente una organización rígida,
basada en reglamentos y directivas, sólo funciona para mantener un
sistema de por sí decadente, en contra de la verdadera dinámica de la
naturaleza.
Comprender el caos implica entender la aseveración
de un nuevo concepto, el cual afirma que el desorden, la desorganización
y lo inesperado, son aspectos de la realidad que la investigación
científica tiene que abordar y desentrañar.
El caos está presente en el universo, la
naturaleza y la sociedad. Ha generado el pensamiento que cuestiona las
concepciones deterministas, introduciendo la idea de caos. En el terreno
de la biología y la medicina, la teoría del caos empieza a dar respuesta
a problemas relacionados con la circulación sanguínea; introduciendo la
idea de turbulencia como elemento que rompe la regularidad circulatoria
y cardiaca. En el tratamiento de la epilepsia, las propuestas derivadas
de esta concepción, apuntan hacia el desarrollo de tratamientos mediante
la idea de la provocación del caos en determinadas zonas del cerebro,
generando turbulencias eléctricas en la actividad cerebral que pueden
bloquear o impedir los ataques epilépticos.
Otro campo de interés para aplicar la teoría del
caos, es el referente a los fenómenos y procesos sociales. Así, el
estudio del comportamiento errático, impredecible y caótico de la Bolsa,
de los flujos financieros y de los periodos de transición política -por
ejemplo-, adquiere nuevas dimensiones para el análisis y la
investigación económica, social y política.
En medio de la crítica y el derrumbe de los
grandes paradigmas, surge la perspectiva del caos como una alternativa
ordenadora que promete generar una realimentación de la imaginación
sociológica y política.
* FíSICO, JEFE DE LA UNIDAD DE
INFORMATICA Y SISTEMAS DE LA FIRMA LAHMEYER AGUA Y ENERGIA S.A.
WEB: http://www.liperu.com/~lrodriguez
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